Extraña y abrupta en la forma de sus raíces, poco misteriosa por su parte verde, la mandrágora fue en su momento planta medicinal a pesar de su gran toxicidad. Actualmente, se sigue utilizando con fines sedantes y curativos, pero con mucha precaución, pues en grandes dosis puede llegar a ser mortal. De hecho, el cultivar mandrágora en casa, es algo arriesgado si se tienen niñ@s y mascotas pululando por en rededor.
Cuentan también algunas leyendas, que por las zonas montañosas, las consideradas brujas en la Edad Media, se sobrepasaban ingiriendo esta sustancia, antes de comenzar sus vuelos nocturnos bajo la luna. Pero hoy la he recordado al pasar por una licorería, y pensar en aquellos tiempos de universidad, en los que se probaban todo tipo de bebidas espirituosas. Sin embargo, vamos a tratar aquí de su cultivo, y el uso que cada uno le quiera dar es responsabilidad suya.
La verdad, es que cultivar mandrágora, es bastante sencillo si se habita en zonas mediterráneas, pues perfectamente, se pueden desarrollar en exteriores, con climas medianamente fríos.
Con respecto al suelo, prefieren que sea de buen drenaje, y a poder ser arenoso. Y apesar de ello, durante la temporada de crecimiento, que se da para el otoño, les encanta ser regadas. La jardinera más adecuada es de tamaño medio a grande (www.hidrojardineras.com), pues aunque el tamaño de la planta en sí no es precisamente ingente, la raíz es bastante gruesa. Recordad también, que la luz solar, es para ellas, algo fundamental.
¡Ah! Para los que hayan visto Harry Potter, no os preocupéis, en realidad no chilla al trasplantarla.
Esperamos que este artículo os haya gustado, y que podáis sembrar y cultivar, extraordinarias mandrágoras.
Un saludo a tod@s.
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