martes, 16 de septiembre de 2014

El jardín botánico de Zaragoza

En homenaje a todos nuestros seguidores de Aragón, que son muchos, hemos decidido escribir esta entrada.

En Zaragoza, hay un jardín botánico precioso en el Parque José Antonio Labordeta. Muchos lo visitan, y disfrutan de su belleza. Yo estuve visitándolo, y me dio grandes ideas para disponer en casa de bonitas especies, que ahora adornan parte de mi hogar.

 Comenzaremos resumiendo un poco la historia del susodicho jardín. Todo comenzó cuando en el siglo XVIII, el farmacéutico Pedro Gregorio Echeandía y Jiménez, gran experto en medicina botánica, decidió comenzar a sembrar tanto variedades típicas aragonesas, así como originarias de otras comunidades (véase, Valencia, Andalucía, Madrid, Barcelona...) e incluso particulares de Francia u otros países latinoamericanos. Recibió ayuda además, de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. Y todos juntos, perfilaron un entorno maravilloso del que obtener plantas curativas y hacer experimentos saludables. 
Lamentablemente, durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), el jardín fue destruido, y no fue hasta que tiempo después, y ya en sus años mozos, el profesor sariñenense de la Universidad de Zaragoza, Florencia Ballarín Causada (y que a su vez fue médico, botánico y muchas cosas más), lo reconstruyó, siendo director del mismo y realizando sobre él una maravillosa gestión para que el jardín pudiera dar la contribución para la que se había creado.
A principios del siglo XX, el objetivo del jardín botánico de Zaragoza, cambió su objetivo. Ya no sería participante de la medicina, sino que ahora, contribuiría a la decoración de la ciudad. Quizás como causante de este cambio de objeto, podemos encontrar al paisajista Javier Winthuysen Losada, que de origen neerlandés y andaluz de nacimiento, no sólo proporcionó nuevas ideas provenientes de muchas partes de España y el resto del mundo, sino que también consiguió reorganizar el espacio para que el parque que hoy conocemos como Parque de José Antonio Labordeta tomara forma, y recibiendo el jardín el nombre de su último impulsor (Javier Winthuysen) hoy en día.Gracias a la importancia que se le ha ido dando posteriormente, tanto al parque como al jardín en sí, actualmente, en Zaragoza se puede disfrutar de un gran pulmón verde que evade a ciudadanos y visitantes de la activa ciudad en qué la capital aragonesa se ha convertido.

No mucha más historia podemos comentar del parque, salvo que su auge actual, se debió a que durante la Exposición Internacional de 2008 en Zaragoza, se comenzaron a promocionar las visitas al mismo y a los viveros municipales, que realizaban una labor educativa y de propagación de la cultura, hasta que hoy en día, se ha convertido en un lugar donde pasar un muy buen rato agradable, aprendiendo algunas cosas sobre jardinería.

  El jardín contiene diferentes tipos de especies, aproximadamente unas 150 vegetales, forestales, coníferas y arbustivas propias tanto autóctonas de Aragón como de otros lugares españoles e internacionales; además de una decoración exclusiva para jardines con encanto, como es el reloj de agua que hay en su entrada. Observar arces de Montpellier o nísperos de Japón, puede resultar exótico, pero verlos entremezclados con chopos, todavía es una experiencia mejor. 

  Desde www.hidrojardineras.com, os animamos a visitar este hermoso espacio, en el que además, podréis disfrutar de paseos en bici o incluso en trenecito. Son 192 metros cuadrados de esparcimiento, que dan lugar a un día relajante.

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