viernes, 12 de diciembre de 2014

Ya que contaminamos, por lo menos reducimos el impacto ambiental de nuestras acciones.

Durante muchos años, consciente o inconscientemente contaminamos. 
Es el caso de la ampliación del vertedero de Colmenar Viejo en Madrid. Se incluyó en el Proyecto de Ampliación del vertedero de residuos urbanos del citado lugar, la reforestación en el entorno de las instalaciones, para evitar el impacto ambiental que las obras pudieran provocar. Y, efectivamente, se ha cumplido con lo escrito. Se destinarán unos 250.000 euros para plantar algo más de 18.000 árboles y arbustos, pero es que además, como pantalla vegetal a las instalaciones, ya se plantaron en su momento, casi 3.000 árboles y arbustos. 
Sin embargo, aunque no es este el único caso en el que se reduce el impacto ambiental tras contaminar y transformar la superficie terrestre; pues muchas empresas mejoran los procesos productivos o revalorizan sus residuos, como ejemplo; es cierto que no nos preocupamos en muchas ocasiones todavía, por las consecuencias que nuestras actividades pueden acarrear para la salud de otros seres vivos o de nuestro planeta en general.
Así, alegra leer noticias como estas, y aunque no podamos evitar contaminar; ya que en algunas ocasiones necesitamos productos y servicios que irremediablemente tienen efectos nocivos durante su producción y después de consumirlos; sería conveniente que intentáramos poner remedio a los rotos que provocamos en la Tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario